Quienes Somos

La herencia del hacer: el arte de materializar lo intangible

La tradición y la experiencia familiar, transmitidas a través de generaciones, han entregado al padre y a sus hijos —especialmente al primogénito, Eduardo Javier— el conocimiento y la seguridad necesarios para afrontar proyectos donde la imaginación se vuelve clave e intuitiva. Esa imaginación es la chispa fundamental que requiere el “Arte por excelencia”.

Cuando se tiene la convicción de ser depositario de los saberes heredados de nuestros antepasados, uno se convierte en custodio de esa memoria, comprometiendo su existencia a preservarla y transmitirla, enriquecida por las propias experiencias. No importa cuál sea la disciplina elegida por el espíritu de cada uno: la esencia es la misma.

“La imaginación es más importante que el conocimiento”, decía Albert Einstein.

¿Y por qué? Porque sin imaginación, no habríamos podido avanzar como humanidad. Su valor no resta mérito a la sabiduría, entendida como la acumulación de conocimientos, sino que la precede y la potencia. Primero se imagina, luego se conoce: ambas juntas conforman la experiencia, madre de todas las ciencias.

La práctica, la observación, el arte intuitivo heredado… todo ello da forma a la disciplina del buen profesional, ese que sabe enfrentar y resolver lo complejo, lo sin forma, lo que no tiene aún concierto. Y gracias a los años de oficio, encuentra la templanza necesaria para convertir lo imposible en realidad.

Eso somos: profesionales.
Cada uno en su disciplina, pero todos con la capacidad de llevar a la concreción las ideas de los creadores, cuyas mentes transitan lo abstracto.

Somos los intérpretes de lo que puede convertirse en realidad.

Alberto Eduardo Romero Sasso